viernes, 29 de junio de 2012

ENCUESTAS ELECTORALES 2012: NADA ES VERDAD, NADA ES MENTIRA, TODO DEPENDE DEL SECTOR DONDE LA APLICAN



Por Olga Lidia Morales Anaya.
Se autoriza reproducción con crédito al autor
Hermosillo, Son., a 18 de abril de 2012
No cabe  duda  de que mucho en la  vida, antes que  nada,  es percepción … hasta   enamorarse , primero  te  gusta  la persona   por lo que ves y crees  y luego te enamoras por lo que  es.  En  este  caso  aplicaré  esta  observación  al fenómeno de la encuestas electorales, un instrumento  de medición objetivo que  usan   partidos  y políticos, antes  que nada  para “hacer  creer” . Esto  no siginifica que los  resultados que arrojan sean falsos, sino todo lo contrario, solo que… todo depende. 
En México  existen 66 mil 740 secciones electorales, se trata de demarcaciones,  que son en pocas palabras  divisiones territoriales trazados bajo criterios  de:
Pertenencia de cada distrito a una sola entidad federativa.
Equidad poblacional.
Existencia de población indígena.
Continuidad geográfica.
Tiempo de traslados. 
En las  credenciales  de elector  aparece el número de sección  en la  parte  inferior  derecha y  es lo que  cada  ciudadano mexicano revisa y verifica para saber  cual casilla le corresponde y la ubicación, en todas las entidades  existen cantidades variables  de  secciones  electorales  y cada una comprende  colonias, barrios, comunidades rurales  e  indígenas. 
Obvio es que  cada sección es  diferente en cuanto a tipo de población, hay secciones  que  comprenden  dos  o tres  colonias  de clase  social pudiente, hay  otros  que son clase media, Otros  de  escasos  recursos  y otros  de condiciones  de  vida  precaria..
Las  colonias o barrios  varían  a la  vez  en residenciales, fraccionamientos   de  clase trabajadora  o  edificados por  sindicatos, poblaciones  estudiantiles, invasiones, etc. En el área rural  puede haber ejidos, ranchos o  poblaciones pequeñas, en fin… hay  de todo, incluso  hay secciones que abarcan  diferentes estratos  sociales. 
Los  partidos políticos tienen sus planes de trabajo sustentados  en todos  esos  factores,  pero a  eso le  suman los niveles  académicos, culturales, religiosos o tipo de idiosincrasia  de la población de  cada  sector y las  condiciones físicas  de cada  lugar así como las diversas  necesidades de sus  habitantes. Al mecanismo de todos  estos  elementos ya  cruzados  entre sí,  se le llama  ingeniería electoral, la  cual  arroja  un mapeo cualitativo y cuantitativo de debilidades y fortalezas e indicadores para direccionar estrategias  de campaña y concentrar esfuerzos y recursos. 
Pero ¿que  tiene  que ver toda  esta  limitada, sencilla y personal observación basada  en sentido común, con el fenómeno de las  encuestas  electorales? … Pues  que  cada  empresa encuestadora emplea su propia metodología, similar a una ingeniería electoral, desarrollada en tiempo, forma  y lugar, según lo considere cada empresa y que aun siendo realizadas con todo el rigor de parámetros correctos y verdaderos, y en apego absoluto a los lineamientos  del IFE, -con sus  honrosas excepciones- pueden orientarse  a reflejar determinados resultados.  No cabe  duda que  las  encuestas  son un instrumento muy valioso de percepción.
Por eso digo que  en cuanto a  encuestas electorales, nada es verdad, nada es mentira… todo depende del sector donde  la aplican.…
Cartografia  electoral de IFE: http://tinyurl.com/cgb972h

Video show del malabar en Hermosillo, Sonora.

Armando el escenario del malabar from redondoycuadrado on Vimeo.

martes, 21 de febrero de 2012

POR QUÉ EL PRESIDENTE CALDERÓN PUEDE SER ENJUICIADO


Por José Martínez M. (*)
Se autoriza reproducción con crédito al autor


Cancún, Qna. Roo., a 20 de febrero de 2012


El presidente Felipe Calderón se encuentra en un brete. Puede ser el primer presidente mexicano que sea juzgado por una corte internacional por delitos de lesa humanidad ante los resultados de la guerra contra las drogas. En México también el presidente Calderón podría enfrentar un juicio porque al margen del Senado de la República, su gobierno suscribió un acuerdo bilateral que permite a fuerzas federales estadounidenses actuar armados en territorio mexicano, en violación flagrante a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Con el presidente Miguel de la Madrid se dio la autorización para que la Agencia Antidrogas (DEA) estableciera equipos de intervención en las bases aéreas de reacción inmediata, ubicadas en territorio nacional, cuatro de ellas establecidas en Mérida, Guadalajara, Monterrey y Hermosillo.

Como ocurrió con algunos de sus antecesores, con Felipe Calderón se reconfirmó la fatídica premisa de Robert Lansing, el poderoso secretario de Estado de los Estados Unidos en el gobierno del republicano Calvin Coolidge, el presidente número 34 en la historia de Estados Unidos y quien ejerció su mandato desde la Casa Blanca del 2 de agosto de 1923 al 4 de marzo de 1929.


Robert Lansing sentenció: “México es un país extraordinariamente fácil de dominar, porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente”. (America Magazine Archives The tablet Magazine 5 de febrero de 1924).

En efecto, así ha ocurrido con Felipe Calderón. Por eso toma vital importancia el trabajo del jurista Juan José Mateos Santillán, en su ensayo La Guerra contra las drogas, la geopolítica y el miedo. En el que se apoya este análisis.

Desde que los civiles arribaron al poder, ningún presidente mexicano había osado vestir el uniforme militar, Calderón lo hizo y rompió viejos atavismos en un claro mensaje belicoso. Era una señal inequívoca de que su gobierno estaba en guerra contra el narco. Carente de legalidad y legitimidad, Calderón se apoyó en las fuerzas armadas y arrastró al país a una aventura sin precedentes, que le ha costado al país ríos de sangre y cuyo gobierno puede concluir con más de 60 mil muertos en su guerra contra el narcotráfico.

Después de que dos diarios de Estados Unidos, The Washington Post y The Houston Chronicle, dieran a conocer hace unos días que existen acuerdos entre ambos países que permiten a un número indeterminado de agentes estadunidenses operar armados en México, se pudo confirmar que éstos cuentan con el beneplácito del gobierno del presidente Calderón para que puedan portar armas a lo largo del territorio mexicano.

El portavoz de la embajada de México en Washington, Ricardo Alday confirmó que las fuerzas de seguridad mexicanas están “tomando todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de todos los agentes extranjeros en México”, y agregó: “Por razones obvias, no voy a entrar en los detalles”.

No es necesario adivinar los entuertos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Contracolumna ha podido establecer cómo desde el sexenio foxista, México y Estados Unidos acordaron colaborar en materia de inteligencia estratégica cuando Jorge Castañeda se desempeñaba como canciller.

Tras varios años de negociaciones, con el beneplácito del presidente Calderón, y pese a la reticencia del Ejército y la Marina, desde agosto de 2010 vienen operando abierta y libremente en territorio mexicano más de dos centenares de agentes estadounidenses de nueve agencias de espionaje del vecino país. Bajo la cobertura de una denominación equívoca (Oficina Binacional de Inteligencia), el gran centro de espionaje de Washington funciona en un edificio ubicado en la avenida del Paseo de la Reforma, en la ciudad de México, muy cerca de la embajada estadounidense.

Dos periodistas de The Washington Post, Dana Priest, ganadora de un Pulitzer, quien dedicó dos años en colaboración con William Arkin a una minuciosa investigación sobre la nueva política de espionaje del gobierno estadounidense tras el atentado del 11 de septiembre de 2001, no hace mucho revelaron un sofisticado sistema de operaciones clandestinas tan complejo y secreto que “en realidad nadie sabe si funciona” y cómo se extiende hasta México.

El servicio de inteligencia es tan grande y “nadie sabe cuánto cuesta, cuánta gente emplea, cuántos programas existen dentro de él o cuántas agencias hacen las mismas tareas”, según la investigación periodística. “Después de nueve años de gastos y crecimiento sin precedentes el resultado es que el sistema creado para mantener protegido a Estados Unidos es tan grande que es imposible determinar su eficacia”.

“Los analistas que descifran, traducen y resumen los documentos y conversaciones obtenidos por los espías dentro y fuera del país publican unos 50 mil informes de inteligencia cada año, a muchos de esos informes nadie les hace caso”.

Muchos de esos reportes tienen que ver con México donde bajo el pretexto de la guerra contra el narco y la porosa frontera mexicana, que puede facilitar el paso de terroristas, se decidió ubicar la oficina más grande fuera de Estados Unidos, con el mayor número de agentes encubiertos y casi una decena de agencias encargadas de la seguridad nacional de la Unión Americana, contando con el apoyo tácito del gobierno del presidente Calderón.

Durante la quinta reunión bilateral en la que estuvieron los secretarios de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, y de Economía, Bruno Ferrari, el jefe de la Oficina de la Presidencia, Gerardo Ruiz Mateos; el director general del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), Guillermo Valdés, y la coordinadora general de Comunicación Social, Alejandra Sota, el presidente Calderón en la conferencia conjunta con el presidente Barack Obama, se comprometió a cancelar “cualquier posibilidad de modificar las leyes para permitir que agentes de Estados Unidos comisionados en territorio mexicano porten armas”, como pretendía el presidente Obama a partir del incidente en que perdió la vida el agente del Servicio de Inmigración y Control de Aduana, Jaime Zapata.

Calderón dijo en ese encuentro que todo se limitaría al intercambio de información y apoyo técnico, pero resultaron falsas sus palabras. Los agentes comisionados en territorio mexicano actúan armados y una decena de agencias de espionaje y seguridad de Estados Unidos operan libremente bajo un suspicaz acuerdo en el marco del establecimiento de una Oficina Binacional de Inteligencia.

Es innegable que el gobierno de Felipe Calderón inició una guerra que de entrada sirve para proteger los intereses norteamericanos, asociados a los altos consumos de droga en aquellos parajes y, a la vez, genera mayores riesgos de consumo entre la población mexicana al cambiar la naturaleza del trasiego tradicional por la de control de los espacios de tránsito.

Dentro de este esquema, el análisis de algunos aspectos constitucionales y de legalidad resultan importantes para entender los aspectos internos que llevan al presidente Calderón a mantener su estrategia y extenderla para el próximo sexenio.

Si bien Robert Lansing, el poderoso secretario de Estado, había sentenciado que era fácil dominar a México solo controlando al Presidente, el jefe de la diplomacia estadounidense advertía también que para mantener un control absoluto de nuestro país, “la solución necesitaba más tiempo: debemos abrir a los jóvenes (mexicanos) ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y el respeto al liderazgo de Estados Unidos. Con el tiempo esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la Presidencia, sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un solo tiro, harán lo que queramos. Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros”.

Aunque Calderón sólo estudió una Maestría en Administración Pública por la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard, fue más fácil controlarlo que lo que suponía Robert Lansing. El hecho es que Calderón terminó enredado en una cadena de equivocaciones y complicidades, sometido su gobierno y el país al yugo estadounidense.

Para empezar, en su guerra contra el crimen organizado, el presidente Calderón recibió del Congreso de la Unión una serie de elementos, como el arraigo domiciliario, un asunto que bien estudiado implica un conjunto de medidas autoritarias y poco propias de un régimen democrático, cuando en realidad son instrumentos característicos de las dictaduras, o del “derecho penal del enemigo”.

Habría que subrayar que la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación ha tergiversado la prohibición categórica y expresa de la Constitución por una jurisprudencia arbitraria al autorizar o validar la salida de las tropas de sus cuarteles para combatir al narco.

El artículo 129 de la Constitución establece que: “En tiempos de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar. Solamente habrá comandancias militares fijas y permanentes en los castillos, fortalezas y almacenes que dependan inmediatamente del Gobierno de la Unión; o en los campamentos, cuarteles o depósitos que fuera de las poblaciones, estableciere para la estación de las tropas”.

Es así que la guerra contra el narco tiene una cara real y otra formal o jurídica, pues es claro que desde el punto de vista legal no existe una guerra declarada.

En el campo de la realidad se enfrenta una verdadera guerra que tiene repercusiones mediáticas evidentes por el número de bajas, pero bien estudiadas las repercusiones jurídicas pueden ser trascendentales.

El presidente Calderón se dio cuenta muy tarde que su estrategia de hablar de una guerra le iba a traer consecuencias, pues estamos en el caso de una guerra no declarada por el Congreso de la Unión y fuera de las funciones constitucionales del ejército, lo que en un futuro no muy lejano podría implicar responsabilidades para los culpables de estos extremos, bien sea por violaciones a los derechos humanos, bien sea por crímenes contra la humanidad o por abusos y excesos de poder.

El Artículo 73 Constitucional dice: “El Congreso de la Unión tiene facultad: XII. Para declarar la guerra, en vista de los datos que le presente el Ejecutivo”.

En este caso, la guerra la declaró el Ejecutivo con todas las consecuencias legales a que tenga lugar.

Lo que está claro es que en el caso mexicano las violaciones a la Constitución son notorias, de suerte tal que para remediar el problema, se incluye la conducta inconstitucional dentro de la Constitución y el poder solucionar su problema de abuso de poder o de violaciones sistemáticas a la Constitución, constitucionalizando los abusos de poder.

Ese fue el camino que obligó a elevar a rango constitucional una medida propia de las dictaduras o de la Inquisición, el arraigo domiciliario.

En víspera de terminar el sexenio de Calderón hay factores fundamentales que mueven a su gobierno: buscar una legislación aun cuando sea retroactiva, que legalice y legitime las acciones inconstitucionales en que incurrió su gobierno.

Buscar mediante mensajes mediáticos y foros de diálogos constantes y sistemáticos la sociabilización y aceptación de las estrategias contra el crimen organizado para argumentar posteriormente que se actuó por mandato popular y no como se hizo en realidad.

Crear la necesidad de mantener el Ejército en las calles a partir de la combinación de las teorías del miedo y del shock.

Habría que profundizar en que la mayoría de los países aceptan la transmisión de la soberanía a la autoridad o a un ente abstracto que puede ser el orden normativo, sin embargo, los debates en el Congreso Constituyente de 1823-1824 dejaron perfectamente en claro que en México no se acepta trasladar la soberanía al Presidente o al Congreso, según el artículo 39, en relación al 40 y 41, todos ellos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

De esta forma se concreta una aplicación de la soberanía poco difundida y debe entenderse que cualquier ocultamiento de información para el soberano es un acto de usurpación de esa soberanía y según la naturaleza de la información, pudiera ser que hasta de traición a la patria.

En la guerra contra el narco quedan algunas cuestiones de profundidad: El poder judicial no debió ser convocado, pues el mandato que le confiere la Constitución es de imparcialidad para administrar justicia y no el de comparsa del Presidente en ninguna cuestión de administración de justicia.

El Congreso de la Unión o al menos eso parece, suplantado en su calidad de representante legal y legítimo del pueblo de México, sin considerar la negativa de los líderes de los principales partidos políticos representados en el Congreso de la Unión de no asistir a las convocatorias del Presidente para no hacerle el juego a la representatividad alternativa.

La posición del Presidente es una posición periodísticamente correcta, sin embargo, la Constitución otorga en su división de poderes la representatividad popular al Congreso de la Unión.

Es evidente la apuesta del presidente Calderón, mantener una estrategia mediática que convenza paulatinamente a la mayor parte del pueblo para que acepten no solamente la guerra contra el narco; sino que la estrategia de mantener al Ejército en las calles, limitar garantías y establecer un sistema más autoritario es la respuesta correcta y única aceptable.

El resultado de la estrategia de Calderón se verá reflejado en las urnas. Sobre su futuro, es evidente que es incierto y que es probable que se le someta a un juicio por crímenes de lesa humanidad y violación a los derechos humanos.

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*José Martínez M., es periodista y escritor. Es Consejero de la Fundación para la Libertad de Expresión (Fundalex). Es autor del libro Carlos Slim, Los secretos del hombre más rico del mundo, y otros títulos, como Las enseñanzas del profesor. Indagación de Carlos Hank González. Lecciones de Poder, impunidad y Corrupción y La Maestra, vida y hechos del Elba Esther Gordillo.


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martes, 18 de octubre de 2011

lunes, 29 de agosto de 2011

Lectura obligada para políticos, funcionarios públicos y candidatos.

POLÍTICOS  SONORENSES 

"Breve manual para lidiar con periodistas" 

Atender el teléfono: 
Aunque no puedan ayudar con la información puntual o no quieran dar información (es válida la estereotipada frase “sin comentarios”), tienen la obligación de atender el teléfono porque sirven a un amplio público y deben adaptarse al ritmo y a las necesidades de los medios.
Dar información: 
Dar buena información, y con esto me refiero a cuestiones publicables, de los temas que nos interesan y, supuestamente, le interesan a la sociedad, que se basen en información fidedigna, basada en argumentos, con datos precisos y comprobables.
Todo lo que hacen nos interesa:
En general, los periodistas vivimos para contar lo que vemos. Es el ABC del oficio. Y los políticos son personas públicas. Por eso, más que nadie, deben entender el juego y actuar en consecuencia.
No hay amigos periodistas: 
Es simple. Nunca es bueno, para un periodista, ser amigo de un político. No es una máxima, sólo un consejo, pues el periodista antes que un amigo, siempre es periodista.
No hacer diferencia: 
El político tiene más afinidad con uno u otro medio o periodista, pero todos deben ser igual de importantes a la hora de hacer su trabajo, que, entre muchas otras cuestiones, es informar.
El que se calienta, pierde: 
Hay políticos a los que les gusta pelearse con periodistas. No tiene sentido. Primero porque, más allá de casos puntuales, somos los transmisores, no los destinatarios del mensaje. Los políticos deben entender en qué lugar están, qué responsabilidad tienen y comprender que vamos a estar sobre ellos. Si no entiende esto, y se enojan por cada cuestión que se publica y los atañe, la va a pasar mucho peor que si comprendiera las reglas del juego.
El político debe tener un periodista a su lado: 
No es extraño que personas que entienden nada de periodismo ocupen el lugar de asesor de prensa de un político o funcionario. Cuesta encontrar periodistas que quieran asesorar a un político o a un gobierno. Pero vale la pena buscar hasta encontrar al interesado. Todo se hará más fácil por la simple razón de que el colaborador del político sabe cómo piensa el “enemigo”, justamente porque estuvo en la otra trinchera.
Hacerse referente en un tema: 
Este punto tiene directa relación con los legisladores. Algunos lo entienden, y apelando a estilos particulares o a estudiar un macrotema, logran convertirse en referentes. La misma dinámica de convertirse en referente, también hace que el político se convierta en fuente, o sea, en responsable de dar información o sólo opinión.
Leer y escribir: 
El dirigente, el funcionario, el político, debe ser un hombre preparado, o al menos esforzarse por dar esa sensación. Se supone que trabajó para tener la responsabilidad de cambiar la realidad, a través de la Política, con mayúscula. Y para lograrlo no hay otra posibilidad que estudiar, analizar, saber, tener sentido crítico, leer entre líneas, entender los juegos del poder. Todo esto se logra con formación intelectual. Es su obligación, porque tiene que ser el más preparado, un referente para los miles que representa, esté en el lugar que esté.

Cristian Ortega - 
periodista argentino
  

domingo, 28 de agosto de 2011

SÍNDROME POLÍTICO.

NO TE CREAS TODO LO QUE TE DICEN 

EL TRAJE NUEVO DEL EMPERADOR
Hace muchos años vivía un Emperador que gastaba todas sus rentas en lucir siempre trajes nuevos. Tenía un traje para cada hora de día. La ciudad en que vivía el Emperador era muy movida y alegre. Todos los días llegaban tejedores de todas las partes del mundo para tejer los trajes más maravillosos para el Emperador.

Un día se presentaron dos bandidos que se hacían pasar por tejedores, asegurando tejer las telas más hermosas, con colores y dibujos originales. El Emperador quedó fascinado e inmediatamente entregó a los dos bandidos un buen adelanto en metálico para que se pusieran manos a la obra cuanto antes. Los ladrones montaron un telar y simularon que trabajaban. Y mientras tanto, se suministraban de las sedas más finas y del oro de mejor calidad.
Pero el Emperador, ansioso por ver las telas, envió el viejo y digno ministro a la sala ocupada por los dos supuestos tejedores. Al entrar en el cuarto, el ministro se llevó un buen susto “¡Dios nos ampare! ¡Pero si no veo nada!”. Pero no soltó palabra. Los dos bandidos le rogaron que se acercase y le preguntaron si no encontraba magníficos los colores y los dibujos. Le señalaban el telar vacío y el pobre hombre seguía con los ojos desencajados, sin ver nada. Pero los bandidos insistían: “¿No dices nada del tejido? El hombre, asustado, acabó por decir que le parecía todo muy bonito, maravilloso y que diría al Emperador que le había gustado todo.Y así lo hizo.
Los estafadores pidieron más dinero, más oro, y así lo hicieron. Poco después el Emperador envió otro ministro para inspeccionar el trabajo de los dos bandidos. Y le ocurrió lo mismo que al primero. Pero salió igual de convencido de que había algo, de que el trabajo era formidable. El Emperador quiso ver la maravilla con sus propios ojos. Seguido por su comitiva, se encaminó a la casa de los estafadores. Al entrar no vio nada. Los bandidos le preguntaron sobre el admirable trabajo y el Emperador pensó: “¡Como! Yo no veo nada. Eso es terrible. ¿Seré tonto o acaso no sirvo para emperador? Sería espantoso”. Con miedo de perder su cargo, el emperador dijo: - Oh, sí, es muy bonita. Me gusta mucho. La apruebo. Todos de su séquito le miraban y remiraban. Y no entendían al Emperador que no se cansaba de lanzar elogios a los trajes y a las telas. Y se propuso a estrenar los vestidos en la próxima procesión.
El Emperador condecoró a cada uno de los bribones y los nombró tejedores imperiales. Sin ver nada, el Emperador probó los trajes, delante del espejo. Los probó y los reprobó, sin ver nada de nada. Y todos exclamaban: “¡Qué bien le sienta! ¡Es un traje precioso!”. Fuera, la procesión lo esperaba. Y el Emperador salió y desfiló por las calles del pueblo sin llevar ningún traje. Nadie permitía que los demás se diesen cuenta de que nada veía, para no ser tenido por incapaz o por estúpido, hasta que exclamó de pronto un niño: - ¡Pero si no lleva nada! - ¡Dios bendito, escuchen la voz de la inocencia! Dijo su padre; y todo el mundo se fue repitiendo al oído lo que acababa de decir el pequeño. - ¡No lleva nada; es un chiquillo el que dice que no lleva nada! - ¡Pero si no lleva nada! – gritó, al fin, el pueblo entero.

Aquello inquietó al Emperador, pues sospechaba que el pueblo tenía razón; mas pensó: “Hay que aguantar hasta el fin”. Y siguió más altivo que antes; y los ayudas de cámara continuaron sosteniendo la inexistente cola. 
FIN                                                                                                              


EL TRAJE NUEVO DEL EMPERADOR
(Cuento Infantil,texto completo)
Hans Christian Andersen
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/euro/andersen/trajenue.htm

You Tube
http://www.youtube.com/watch?v=3QNMsbJtDzI   
http://www.youtube.com/watch?v=Tl-0_BiUR94